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27 de diciembre de 2011

Two hearts that beat as one.

Páginas escritas con la sangre de nuestras almas. Adornadas con nuestras lágrimas. Palabras que rompen un corazón y otras que lo sanan. Y yo soy inmortal, eterno como ese libro. En algún momento se acabarán las páginas y la tinta pero yo seguiré congelado en el tiempo. Abandonado por el amor, acariciado por la soledad. Y los días mueren, y las noches nacen en su hermoso esplendor. Y yo contemplo el mar, y la luna y sus estrellas. Abatiéndome entre los cielos nocturnos como un pájaro de la noche; agitándome como las aguas del océano entre la belleza nocturna; resplandeciente como un lucero; frío y enigmático como la luna.
Todavía conservo aquel libro que me regalaste, aquel libro donde me contabas todo sobre ti. Aquel libro sobre el cual lloré y reí. Aquel libro que todavía guarda tu olor, que conserva tus alegrías y tus penas.
Aquel libro que guardo bajo llave en un lugar que solo tú y yo conocemos. En un lugar bien escondido de nuestro corazón. Ese rinconcito que visito siempre que te echo de menos, el cual hace que olvide todo por momentos y que solo piense en ti.
No se si a ti te pasará lo mismo, pero yo todavía ni he podido ni he querido olvidarte, llámame estúpido, pero eres superior a mis fuerzas.

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